sábado, 24 de noviembre de 2012

El ansia y la avaricia. Ruin propuesta de un compañero del pedal


   -Ya te estás buscando a otro pelele con el que rellenar tu blog. Estoy cansado de que tú y los cuatro gatos que re ríen las gracias os moféis de mí.

   Nos es la primera vez que Dandochepazos me viene con esta monserga, pero parece que en esta ocasión va en serio. Dice que mis artículos incurren en graves intromisiones en su derecho a la intimidad, y que con mis chascarrillos lo he convertido en el hazmerreir de la comunidad cicloturista.

   ¿Pero a qué me viene a mí con ésas? Qué fácil es culpar al mensajero. No soy yo el que desayuna anchoas en vinagre antes de una etapa pirenaica y luego se queda fundido a las primeras de cambio. Ni tampoco quien, como consecuencia de un chapucero montaje de alforjas y una correa enredada en los radios, casi se desgracia en pleno descenso por los Arribes del Duero.

   A cada uno, lo suyo. Yo, desde el respeto y la objetividad debidos, me limito a actuar como mero cronista de sus insensateces. Si sus bufonadas lo someten a escarnio y suscitan las chanzas de terceros, no es mi responsabilidad.

Alimentos inadecuados, y encima de marca blanca, no son
 buenos compañeros de viaje en los puertos pirenaicos. 
   -Oye, chaval; creo que estás siendo injusto conmigo. Lo que yo hago es un mero ejercicio de periodismo, un relato imparcial de hechos que son de interés público ­-le respondo, sin demasiada confianza en que cuele la milonga.

   -¡A otro con ese cuento! Hasta aquí hemos llegado. Eres peor que los buitres del Sálvame esperando a la puerta de Belén Esteban para sonsacarla sobre sus calamidades. No quiero seguir sirviendo de carnaza para tus infames escritos. Como las cosas no cambien, reniego de nuestra pasada camaradería; que lo sepas.

   Pues sí que estamos apañados. Perder la amistad de Dandochepazos sería un duro golpe; especialmente, para el futuro del blog en el que tengo depositadas mis esperanzas de lucro y renombre. Si deja de hablarme, a ver de qué voy a escribir; porque sin sus disparates y ocurrencias, estoy vendido. Ya puedo ir pensando en cerrar el chiringuito.

   Hállome inmerso en tan negras cavilaciones, cuando una sorprendente propuesta del muy traidor revela su juego. ­-Mira, en honor a tantos años de amistad, voy a darte una nueva oportunidad. Se me ocurre que podríamos arreglar esta situación tan desagradable de alguna manera. Quizá si pudiera llevarme algún porcentaje de los beneficios del blog...

   ¡Pero será sinvergüenza el tío éste! Y estúpido, además. Yo no sé si se habrá fijado muy bien en que la página anda un tanto pelada de publicidad y que tampoco es que tenga demasiadas visitas como para presagiar que esto vaya a cambiar en un futuro próximo. Pero, bueno, él sabrá. Si quiere un porcentaje de unos beneficios inexistentes, lo tendrá. Después de todo, sin un triste céntimo de ingresos, como si me pide una comisión del cien por cien. Otra cosa es que, cuando de aquí a unos años dé el pelotazo y triunfe con el blog, se me hayan podido olvidar los términos de este acuerdo.

'Team Dandochepazos'

   Fijada finalmente su retribución en un generoso 20 por ciento, me dispongo a zanjar el asunto con un apretón de manos. Pero con este elemento, las cosas nunca son así de fáciles. ¡Pues no va el ruin de él y me pide un contrato por escrito! Quiere redactar no sé qué cláusulas sobre sus derechos de imagen y sobre las condiciones que regulan la cesión de los mismos al autor del blog, osea, a mí. ¡Pero estamos locos o qué!

   Luego, ya en plena fase de desbarre, me propone lanzar el 'Team Dandochepazos' para la próxima temporada cicloturista, pues está convencido de que el equipo sería una magnifica plataforma de promoción para la página web. Él está dispuesto a lucir el 'maillot' y, si hace falta, asumir el papel de jefe de filas. Todo ello, claro está, a cambio de una suma adicional que habría que determinar en un anexo al contrato.

Obligado por las circunstancias, participo en una farsa 
que implica al pobre Pirata.
   Sé que si no reacciono, la cosa va a seguir degenerando. Así que en primer lugar, me centro en quitarle de la cabeza su absurdo proyecto de escuadra cicloturista. Tras una confrontación dialéctica de no poca intensidad, acaba imponiéndose el buen juicio y consigo que se olvide del asunto.

   También logro persuadirlo de que, entre buenos amigos, no hay por qué ser tan receloso, y que eso del contrato es una muestra de desconfianza indigna de él. Aunque en este caso, como casi siempre con este mísero, el argumento determinante ha sido el euro. Solo se baja del burro después de consultar por el Google las tarifas de los notarios por registrar un contrato privado.


   Pero a cambio de renunciar a estas exigencias, quiere montar uno de sus paripés. Con un ejemplar de 'Ciclismo a fondo' como soporte, pretende hacerme jurar sobre la imagen del difunto Pantani que respetaré mi compromiso y que le abonaré puntualmente lo que corresponda en concepto de derechos de imagen. Así lo hago, aunque cruzando los dedos por respeto a la memoria del Pirata; porque no tengo ninguna intención de dejarme sablear por Dandochepazos. Es que a mí, esta gente me pone enfermo. Mira que les pierde tanta ansía y avaricia. ¡Que se busquen un trabajo decente!




6 comentarios:

Ceutí dijo...

Dandochepazos siempre ha sido un poco especial con el dinero. Le conozco bien y sé que no se mete la mano en el bolsillo ni en Alaska. En su época más sórdida, bebía siempre la cerveza más barata y el vodka peor destilado para ahorrarse unos centimillos. También se buscó un piso ruinoso que incluía una caldera que era una bomba de relojería y en el que residía junto a un presunto narcotraficante al que despertaban sus socios de trapicheos a horas intempestivas. Podría relatar más, pero no quiero que mi precaria prosa palidezca hasta el sonrojo frente a la del insigne autor de este apasionante blog.

A.M.Y.P. dijo...

Demasiado bien sé de lo que habla, señor Ceutí. Este muchacho, en su 'roñez', camina en ocasiones por el filo de la navaja. Arriesga con productos baratos y de dudosa procedencia, y a veces paga caro las consecuencias de tamaña mezquindad. Conocí aquel cuchitril zamorano que describe en su comentario y coincido en que presentaba alarmantes deficiencias en materia de seguridad e higiene. Además, las llamadas nocturnas al portero automático y las visitas que recibía de madrugada el inquilino del que usted habla resultaban, sin duda, inquietantes. Tampoco falta a la verdad al cuestionar la fiabilidad de aquella calefacción. Aún recuerdo el olor a combustible que emanaba de aquella caldera clandestina que tenía instalada el casero. Es lo que tiene buscar siempre la opción mas barata, que al final, vive uno sumido en la cutrez. Gracias por sus exageradas alabanzas.

Anónimo dijo...

En esta ocasión, me temo que, tanto cronista como protagonista, están tirándose el moco con esta historia.
Comenzando por el cronista (al que presento mis respetos y admiración por tratar de ganarse el currusco en esta época tan mala con estas rocambolescas historias), debo decir que no hace gala de sinceridad frente a su amigo cuando hablar de "relatos imparciales". Y con los amigos, la sinceridad lo primero. O al menos es mi apreciación, ya que no hace falta ser un lince para ver entre líneas la sorna de sus crónicas.
Y en cuanto a mi no menos admirado Dandochepazos, decirle que dicha admiración ha sufrido un duro golpe al verle pasar de héroe, de abanderado de los globeros en la lucha por nuestro reconocimento como deportistas, a un vulgar personaje que se rinde al vil metal (aunque el precio sea del 20% sobre nada, una relación nefasta, dicho sea de paso). ¿Esto es amar al ciclismo? ¿Esto es hacer deporte por el mero disfrute? Después de haberte hecho famoso, de tener más de dosmil entradas en Google con tu nombre, de tener blog propio, de aparecer en twitter, de ser conocido en redciclista..... ¿no era suficiente recompensa para tu ego?
Pero bueno, Dandochepazos, al menos, intenta sacar rentabilidad a su esfuerzo en pedalear; Belén Esteban (valga la comparación) ni eso.
Y ya lo de jurar sobre Pantani.... una herejía, una blasfemia, una indecencia (teniendo en cuenta la intención de saltarse dicho juramento).
Por cierto, las anchoas en vinagre están exquesitas, y son fuente de importantes nutrientes en la dieta de todo deportista.
El Yeyu Golobariano.

A.M.Y.P. dijo...

Hola, amigo Yeyu. Lo de ganarse el currusco está muy malamente, cierto es. Pero no albergo duda alguna de que en un futuro no muy lejano, mi dedicación y paciencia con las brasas que me da Dandochepazos se verán recompensadas con un generoso flujo de euros y con un merecido renombre en el mundillo éste, en ocasiones tan ingrato y hostil.

Me duele que mi objetividad sea cuestionada, pero puede que tenga usted razón y que, en ocasiones, cargue un poco las tintas contra mi camarada. Respecto a las anchoas en vinagre, es cierto lo que dice; pero no le recomiendo que si tiene que subir dos puertos de categoría especial ese mismo día, limite su desayuno a este suculento manjar, tan delicioso como de escaso aporte energético en el corto plazo.

Finalmente, he de dejar constancia de que sí juré sobre la foto de mi admirado Pantani sin intención alguna de cumplir mi promesa, pero que lo hice con los dedos cruzados. De esa forma, considero que mi gesto no debería interpretarse como una falta de respeto hacia la memoria del Pirata.

Por lo demás, no puedo sino compartir sus críticas hacia el desagradecido Dandochepazos. Así me agradece que, con mi trabajo y mis desvelos, le haya puesto en la senda del estrellato 'bicicleteril'. Gracias por sus comentarios, Yeyu.

Ceutí dijo...

Sr. Peret, disculpe la osadía de importunarle de nuevo. Pero es que no puedo más. Hace tiempo sufro el acoso de un funesto sujeto, que me importuna diciendo que fue compañero de batallas del inefable Dandochepazos. Me comenta, sin ninguna prueba documental que lo acredite, que es natural de la ciudad del Tormes y que comparte la misma profesión rellenil que tan brillantemente ejerce nuestro héroe. Este indeseable me exige -sí, sí, como lo oye- que se lo comunique a usted con el fin de que se refiera a él en alguno de sus magníficos post. Le digo que para merecer un blog sobre uno hay que tener una vida tan interesante como la de nuestro querido Dandochepazos y ejercer una actividad deportiva loable, más allá de las bochornosas sesiones de gimnasio donde este individuo exhibe un deplorable estado de forma corriendo al estilo trote cochinero sobre una cinta. Sus limitaciones físicas son fruto directo, sin duda alguna, de una vida de malamentismo y despropósito. Está claro a este abyecto ser solo le mueve un indigno afán de protagonismo, una palmaria desvergüenza y, probablemente, un espurio propósito económico. No en vano, he sabido que le debe dinero a varios mendigos. El caso es que dice que ha compartido con Dandochepazos gloriosas noches de descalabro etílico y se atreve a comparar su tirón entre las féminas con el de este gran as del ciclismo. ¿Qué puedo hacer? Lo dejo a su preclaro criterio, aunque yo abogo por reportar el caso a los profesionales de la psiquiatría o, en todo caso, a los agentes de la ley y el orden. Sin otro particular, quedo a su disposición y aprovecho para reiterarle mi admiración y, por qué no decirlo, envidia cochina por su sensacional blog.

A.M.Y.P. dijo...

Sepa usted, señor Ceutí, que está en proceso de elaboración un sensacional relato sobre el periplo que el insigne Dandochepazos, a lomos de su bicicleta de gama media, emprendió por tierras zamoranas. Corría el año 2004 de Nuestro Señor y, según parece, era aquella una época en la que el protagonista de este blog se reencontró por aquellos lares con un viejo compañero de desdichas. Recomiéndele que no pierda detalle de la próxima entrada que se publicará en este espacio, pues en ella podría incluirse algún 'cameo' de este sujeto del que me habla. Vaya usted con Dios.